martes, 21 de septiembre de 2010

Alegría

Dentro de mi siento
un lunático que al sol canta,
un pez que da vivas
al desierto, un avaro que regala
días y a cambio recibe minutos.

Una orgía, una bacanal,
de los sentidos en mi se prodiga
y me impide deslindar lo alto de lo bajo,
lo de ayer y lo presente.

Me embarro en contradicciones
y me baño en multitud,
como los tontos sonrío, o los borrachos.

Cada mano que a mi se tiende,
cada ojo que fijo mira,
cada pupila que lee una línea
de lo escrito, me regala un universo,
me obsequia con un presente,
que no podría comprar ni siendo
el más rico, perder siendo el más torpe,
malgastar siendo pródigo.

Hoy es día de danza, de giro,
de brazos arriba y cabellos al viento.
De ouzo, de vino, de carne y de frutas,
porque es un día de claridad, de fiesta.

De una fiesta sin nombre, sin afán
y sin motivo por lo menos aparente.
Pero el día amaneció igual
y se ha vuelto de otra forma.

Cantemos hoy,  ya que hoy se puede,
sin recordar el mañana ni poner por delante
el pasado, más allá de su envoltorio,
con cuerdas atado en la estantería.

Vivamos hoy un hermoso presente
sin razón, sin acaso, sin medida.
El presente de los niños, los borrachos
y los cuerdos que están locos de atar,
de las muchachas en flor y enamoradas
de los hombres viejos y libres, de los
hombres serios y honrados,
de las madres que hacen volar
a los hijos entre los brazos.

Vivamos hoy este misterio.
Vivir es habitar el lado de acá
de toda cosa. Mirémonos en los cristales,
pero que nadie tenga prisa
en romper el plateado azogue.
Su envés es negro y nadie sabe
lo que existe al otro lado del espejo.

Nicolás Calvo
Madrid
Septiembre 2010

viernes, 17 de septiembre de 2010

Frío

Voy sintiendo que no soy mejor hombre
ni mejor persona, pero
conozco bien mis arrugas
y eso me permite aquilatar
mis limitaciones
con mayor aplomo,
con una madurez que,
a la postre, es posible que sea
sólo indiferencia.

Nicolás Calvo
Madrid
Septiembre 2010

martes, 3 de agosto de 2010

Canción cubana

Pin… pon,
azucar y ron.
Ping… pin,
seda y satín.

Mira mis ojos,
toca mis labios,
danza una danza,
lava la loza
y sal al jardín.

Luna de Julio,
noche infinita,
donde se esconde
mi negra bonita.

Ton… ton,
suena el bordón.
Tong… tin,
el batintín.

Toca mis ojos,
mira mis labios,
lava la loza,
danza una danza
y sal al jardín.

Baila mi negra,
baila el danzón;
seda con cuero
miel y limón.

Pin-piti-pon,
azucar y ron.
Ping-piti-pin,
seda y satín.

Mira mis ojos,
toca mis labios,
danza una danza,
deja la loza
y sal al jardín.

Nicolás Calvo
Cañaveral
Julio 2010

jueves, 29 de julio de 2010

Nueve textos paradójicos

Esta entrega será larga, ya que hace un tiempo que no incordio a los lectores con un texto mío. Espero que la experiencia sea lo suficientemente provechosa o entretenida como para perdonar la impertinencia.

Desaprendo cada día un poco.
De seguir así en algunos años,
habré alcanzado la sabiduría.

Cañaveral, 24 de Julio 2010

Decidí arrasar mis huertos.
Si ahora planto alguna cosa
lo hago sobre cemento.
El resultado 
es menos descorazonador.

Cañaveral, 24 de Julio 2010

Últimamente me levanto por las noches.
Me ducho, me afeito y me visto.
No salgo a la calle.
Me acuesto en mi cama
a esperar el día.
Indefectiblemente, cuando llega,
me sorprende durmiendo.

Cañaveral, 24 de Julio 2010

No encuentro apenas placer en la reflexión.
Creo que el problema de los espejos.
me trae al fresco.

Cañaveral-Madrid,
25 de Julio 2010

Contemplo la punta de mis "casual" con detenimiento,
luego, miro al cielo que explota con todos los colores de la tarde.
Hay, entre dos grietas de color marrón,
una mota de polvo microscópica 
sobre 
la puntera de mi playera izquierda.
La lupa me devuelve el perfil
inconmensurable del Universo.

Cañaveral-Madrid,
25 de Julio 2010


Una perca acaba de caer en mi red.
Cierro el brocal con mi mano
e intento volcar el pez en el cubo.
Al hacerlo miro sus fauces boqueantes.
Distingo dos palabras claramente pronunciadas.
"Perdón", le digo, y la devuelvo al río.

Cañaveral-Madrid,
25 de Julio 2010

Me desperté de pronto y eché a correr.
Corrí por una calle antigua, de adoquines.
Alguien me perseguía.
Me paré en la esquina y a la luz
de un farol, creí reconocerme como mi perseguidor.
Intenté volver a correr, pero
me desplomé al vacío 
a través del hueco de mis ojos.

Cañaveral-Madrid,
25 de Julio 2010

Recuerdo una mujer morena.
No es imposible que la amara,
pero la distancia que destilan sus ojos
me previene de retornar a sus brazos.
Atemorizado, tomo la calle a la izquierda
y abandono mi sueño.

Madrid, 26 de Julio 2010

Reciclo hojas de periódico.
Amontono unos cuantos miles
en el sótano de mi casa.
El sábado, cada tres semanas, los recogen.
El lunes siguiente me premio
ondulándome el pelo con trocitos de papel
del "Diario Deportivo". 

Madrid, 26 de Julio 2010

lunes, 19 de julio de 2010

Entrega

Ahora que vivo ignorando el paisaje,
ese paisaje que tanto fue para mis ojos;
estos ojos que dejaron de ver la mañana
la mañana misma del día en que tu sombra
sombra se hizo para mi;
ahora, digo, ahora que vivo ignorando mis ojos,
ojos que, la misma mañana en que la sombra,
tu sombra, los cerró para mi mañana,
-esa mañana que tanto fue mi día y mi paisaje-,
ahora, digo, ahora soy feliz.


Nicolás Calvo
Madrid
Julio 2010

martes, 13 de julio de 2010

Albedrío

Juego con barcos de papel.
En cada uno escribo un destino.
El barco llega, o no llega.

Que lo haga o que fracase
es independiente de la dirección
que tome el principio.

Dirigido por el albedrío, la brisa
o un suave empujón,
el barco que debe llegar, arriba a su destino.

El otro, los otros, no.

Unos permanecen largo tiempo
en el agua y olvidan a donde se dirigían.
Se hunden, húmedos y deslavados,
hasta el fondo del estanque.

Otros encallan entre lápices y gomas
y no llegan a tocar el agua.
Algunos van en grupos, otros solitarios.

¿Es esto predestinación?
No puedo afirmarlo. El único destino
al que ninguno llegó jamás
está escrito, con agudos cristales de rocío,
sobre mi  propia frente.

Nicolás Calvo
Madrid
Julio 2010

miércoles, 7 de julio de 2010

Compañía en la madrugada

Una pizza en barata compañía,
preludio de vomitivos residuos en
horas bajas. Cuantas caras
desencajadas cercan las sonrisas
ante la cámara del móvil…
¡Si existo es por ti!  

Ajustados en las traseras del coche
encarnamos los diablos del hastío,
pero ni noche somos; somos fragmentos
contenidos en mil jodidos i-pods: 
postales engrasadas y manoseadas
de nuestros propios mandamientos.  

La basura nos sale por debajo
de los ceniceros y arrastra el maquillaje
de "castrato" que te has puesto,
¡ni a bofetadas vuelvo en mí!      
Tirado entre dos chalecos verde/reflectantes
la B-12 se pasea por mis venas, mientras
la mano retira los mocos de tus narices.

¡Qué rollo, tía, que rolloo…!
Cuando sale el sol sobre Madrid,  ateridos de frío,
nos miramos de frente y allí no está el amor.
 
Nicolás Calvo
Madrid
julio 2010

martes, 6 de julio de 2010

Poema sin vida.

Vacío de pies y manos me siento;
me levanto. De perfil visto me alzo al cielo,
cansado de ver mis rodillas juntas,
mis orejas dispares tras los ojos.
Un retrato de espaldas y tobillos,
las falanges como sistros, a mandíbula batiente.

Un mundo de paradojas se oculta
tras la sombra indivisa de mi hombro.
Vacío de cabeza y corvas me presento.
Estoy ausente de mi mismo. No me habito
y en las hueras instancias de mi cuerpo,
entrechocan a solas mis ojos húmedos, ahítos de silencio,
en dos piedras de rio aún no conversos.

Nicolás Calvo
Madrid
Julio 2010

domingo, 27 de junio de 2010

Constato

La molesta sensación de que
las cosas sin mí giran.
Giran las cosas sin mí.
Sin mí el mundo se mueve.
Se mueve y toma decisiones, alguien.

Alguien, por mí, toma decisiones,
decisiones que yo no puedo cambiar.
Cambiar, ni tomar, ni decidir.
Decidir. Y el mundo gira,
gira sin ti y sin  mí.

Sin mí da vueltas el mundo,
mundo que sin mí gira.
Gira y da vueltas sin mí,
sin mí, que nada puedo.

Nicolás Calvo
Marid
Junio 2010

viernes, 25 de junio de 2010

Nubes

Por las nubes,
para las nubes,
en las nubes.

Sin las nubes,
con las nubes,
de las nubes.

Algo haré con las nubes,
nada haré con las nubes;
sin las nubes.

Puedo hablar de las nubes
o no
hablar.
Otra vez las nubes;
me invaden las nubes.

Me gustan las nubes
o no
me gustan.
Hablo de nubes, hablo
o no.

O sí,
pero hoy de nubes.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2010

jueves, 17 de junio de 2010

Domingo de Primavera en París

Amerizo sobre mojado sol.
La mañana es sólo azul; azul pintado.
Cada palabra cuenta, aun muda,
y reclamo esa voz dormida.

¿Me coarto con reglas?
Nadie siente pasión por las aceras
a veces manchadas, a veces tan pobres,
mas, ¿por qué callar, viento?

Sólo una pupila, un ojo,
¡pero qué ojo!. Camina la mañana,
no a través de calles húmedas: de ríos,
de férreas veredas bajo el suelo.

Cabalga París sobre su límite
y su galope resuena en el corazón.
Nada mejor que dos torres para
mirarse a uno mismo desde lo alto.

Nada puede verse sin que sea viejo
en sí, pero nuevo a la mirada, sutil,
del propio nacimiento a las cosas
que la ciudad, abierta, propone.

París, como un trapo mojado,
se encoge un instante para, al sol,
dilatarse en el alma como un aroma
grande, profundo, de coñac viejo.

Como una cerveza bien tirada
la luz se desborda por las cúpulas
de palacios ocupados por la vida,
que circula, poderosa, bella, intratable.

Es una mañana en París, de lluvia
amanecida, de sol vencedor.
Quien la ha vivido conoce algo
para abrir los ojos, feliz, cada mañana.

Nicolás Calvo
París
Junio 2010

jueves, 10 de junio de 2010

Tres poemas descreídos

Dios existe.
Dios no existe.
¿Cuál es la diferencia?
La diferencia es no.

A unos nos mataron en nombre de Dios.
A otros los asesinaron diciendo, "Dios no existe".
¿Por qué nadie nos dejó vivir
por ser simplemente seres humanos?

Dios nos manda la enfermedad
para probarnos.
Dios nos concede la salud
como un premio.
Dios nos arrebata la felicidad
como castigo.
Francamente
preferiría que no se ocupara tanto de nosotros.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2010

martes, 1 de junio de 2010

Concreta geometría de una sonrisa

La parte superior del labio se desliza
y al alcanzar las comisuras, se curva hacia arriba
mostrando un poco los dientes.
El labio inferior se distiende y dilata
y modifica, a la vez, su forma hasta la plenitud
de un gajo de Luna.

Tan sencillo y a la vez tan complejo
movimiento desplaza más músculos
que la elevación del pene o la relajación de la vagina.
Ante tal despliegue
no es extraño que,
con los tiempos que corren,
sea tan cara una sonrisa.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2010

lunes, 31 de mayo de 2010

Mujer en la ventana

La ventana la enmarca, sentada.
Lee atenta un libro cuyas páginas,
con dedos parsimoniosos, pasa.

Un rayo de sol ilumina la estancia.

Su sombra y la silla dibujada sobre el suelo,
prolongan la placidez de la tarde.
La calma atraviesa la entornada cristalera.

Ojalá esos flotantes copos de luz
visitaran con más asiduidad
mi propia ventana.

Mi absurdo cuarto
repleto de oscuras premoniciones.

Nicolás Calvo
Madrid
Mayo 2010

martes, 11 de mayo de 2010

Niebla

Se me borra tu cara.
Como un vaho se disipa.
Tengo que mirar dos veces
una foto  para reconocerte.

Y contigo me marcho yo.

Me aparto de mi, apenas
reconozco mi escritura.
También se me acaba este refugio.
Una clara inocencia aguarda.

La consumación será el olvido…
Y la nada vendrá a mis ojos.

Nicolás Calvo
Madrid
Mayo 2010

viernes, 7 de mayo de 2010

Poema de puntillas

Shhh
(el silencio duerme)

Nicolás Calvo
Madrid
Mayo 2010

martes, 4 de mayo de 2010

Teletipos

Pequeñas comadrejas
asoman sus hocicos por debajo
de la socavada cabaña:
la Biblioteca Nacional
se desploma. Los libros
alcanzan su emancipación.

Algunos vagabundos leen,
con dedos temblorosos, la historia
de sus vidas reflejadas
en los mortecinos o brillantes 
espejos de la Guía de Teléfonos.


Hoy he salido sin tarjetas
de visita, pero cuatro páginas
arrancadas de Balzac
me han identificado 
mucho mejor ante la Administración
que mis antiguas cartulinas.

Puede que los barrenderos hoy
no vayan a comer a casa:
demasiado papel que recoger.


Fascinados, los e-books
vomitan su empacho de bytes
ante el desparpajo de los
manoseados lomos en rústica.
¡Es el alba de un nuevo día!
Por fin una ráfaga de aire
fresco airea los viejos salones!

Un poeta pasea por el Pont-Neuf
y deja su I-pod sobre la balaustrada.
Las palabras grabadas 
alcanzan las Tullerías.


Madrid se alza de nuevo el 2 de Mayo.
Ojalá la insurrección, esta vez
contra la estupidez, triunfe. 
Amamos a Francia.
Las palabras del I-pod 
alcanzan el Palacio Real.


Opera se llena de viejos rijosos
que se besan apasionadamente.
Los jóvenes de ambos sexos
hacen el amor de forma indiscriminada
y se cubren las vergüenzas
con la Celestina o Calixto y Melibéa.


La Biblioteca Nacional se alza 
sobre sus ruinas de nuevo.
Las pequeñas comadrejas 
esconden sus hocicos.


En Estados Unidos, la socavada 
cabaña se hunde, sepultando 
entre sus restos, el pálido lazo 
azul de un patriota.


Roma se desborda sobre el Tiber
y Tiromancino canta acerca de
la descrizione di un attimo.
Alguien, en algún lugar de Berlín,
sonríe ante su ordenador.


Algo se mueve por Europa 
abriendo ventanas al sol.
¡Que Facebook reparta suerte!


Nicolás Calvo
Madrid
Mayo 2010

viernes, 30 de abril de 2010

Tres maletas

Mañana
Tintados de bruma
tus ojos exploran el alba.
Sobre la cama, la pequeña maleta
no alcanza a contener
tu esperanza.

Hoy
Tus dedos dibujan
un corazón de carne
sobre su carne.
Pides un día más, unas horas.
Su maleta está hecha.
Cuando corres a la ventana
sólo alcanzas a ver
su voluntad de ausencia.

Ayer
Abres tu maleta
¡Cuantos pares de ojos caben
en una mirada!, ¡cuantas sonrisas delimitan
los contornos
de un cuerpo feliz!
No bastarían el marfil, la seda,
el ébano o la esmeralda
a conformar una imagen tal
la del cuerpo de tu amado.

Nicolás Calvo
Madrid
Abril 2010

viernes, 23 de abril de 2010

Marzo del 68


Los campos se extendían verdes en la mañana
bajo el sol, ya casi primaveral, de finales del invierno.
Nos miramos bien los cinco amigos y agarrados
firmemente de las manos a correr echamos,
como locos, por el alto sembrado de espigas claras.

El aire en la cara, el sol en los ojos, las barbas
del cereal azotando nuestros finos rostros
de dieciocho años, el pecho henchido, amplio,
a reventar de gozo. Las piernas ágiles saltando
del suelo, por encima de las piedras y los surcos vanos.

En un momento las manos se soltaron y cada corazón
tomó su rumbo, creando un rastro en forma de palma
que nos alejaba, radiante, del centro primero, abriendo
surcos de maravilla, dejando estelas de verde oscuro
sobre las grandes, cuadradas, parcelas de millo.

Llegamos al otro lado, sudorosos, felices, anhelantes.
No supimos entonces qué empezaba, mas, de un modo
impar, nos intuimos al futuro proyectados a partir
del mágico momento allí vivido. No volvimos a tener
el sol en alto ni las anchas praderas al alcance.

Otros campos, otros días vinieron a llenar nuestros
deseos, algunos muy profundos, otros hermosos.
Ninguno alcanzó la plenitud, el goce inmenso, panteísta,
de sentirse un bello animal de exquisita piel, músculos
tensos, que hermanaba su cuerpo con el cielo, con la tierra,
con las plantas y el salobre sudor que, trasparente, resbalaba
a sagrados chorros por la tersa piel de nuestros cuerpos
consagrados, plenos de ardor en pagana celebración
de la tierra frente al cable, la calle y el cemento.

Cayó el sol y nos rendimos. La vuelta a la ciudad no fue derrota,
sólo aceptación de verdad, de niñez breve, de juventud en flor,
de madurez en ciernes. La imagen de ese día ha vivido
conmigo desde entonces. Nunca agradecí bastante ese rayo
de sol que aún atesoro y esa verde pradera, que en mis sueños,
aún recorro algunas veces, cuando la noche me ofrece
la ventana anhelada a los comienzos, cuando el mundo era nuevo,
cuando el mundo era simple, feliz y nosotros, inocentes.


Nicolás Calvo
Madrid
Abril 2010

viernes, 16 de abril de 2010

Tres poemas cortos

Antropología
Reflexiono sobre mi mismo
sin éxito:
el observado modifica
al observador.


Conocimiento de las estaciones
Todo acaba en Invierno.
La respuesta de la piel
es la Primavera.


Sobre la alfombra de césped
El Amor
es una apuesta
de la Vida contra la Muerte.
El handicap
está en su contra, pero
la Vida
es tan ciega
como la misma Muerte.


Nicolás Calvo
Madrid
Abril 2010
 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.