Ahora que vivo ignorando el paisaje,
ese paisaje que tanto fue para mis ojos;
estos ojos que dejaron de ver la mañana
la mañana misma del día en que tu sombra
sombra se hizo para mi;
ahora, digo, ahora que vivo ignorando mis ojos,
ojos que, la misma mañana en que la sombra,
tu sombra, los cerró para mi mañana,
-esa mañana que tanto fue mi día y mi paisaje-,
ahora, digo, ahora soy feliz.
Nicolás Calvo
Madrid
Julio 2010
El parador (II)
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*Pensando en Wyeth* de Carmen Mansilla
*Nota*: Este relato es la continuidad de El parador (I), por lo que
aconsejo leerlo antes.
Agarré con dos dedos...
Hace 2 semanas
Qué hermosura...
ResponderEliminarBuena mañana, sí.
Sagesse
Precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso. Muy bonito
ResponderEliminarAnita Noire
Hermoso, Nicolás, me encanta.
ResponderEliminarSiempre me gusta lo que escribes...
ResponderEliminarUn saludazo!!