domingo, 27 de junio de 2010

Constato

La molesta sensación de que
las cosas sin mí giran.
Giran las cosas sin mí.
Sin mí el mundo se mueve.
Se mueve y toma decisiones, alguien.

Alguien, por mí, toma decisiones,
decisiones que yo no puedo cambiar.
Cambiar, ni tomar, ni decidir.
Decidir. Y el mundo gira,
gira sin ti y sin  mí.

Sin mí da vueltas el mundo,
mundo que sin mí gira.
Gira y da vueltas sin mí,
sin mí, que nada puedo.

Nicolás Calvo
Marid
Junio 2010

viernes, 25 de junio de 2010

Nubes

Por las nubes,
para las nubes,
en las nubes.

Sin las nubes,
con las nubes,
de las nubes.

Algo haré con las nubes,
nada haré con las nubes;
sin las nubes.

Puedo hablar de las nubes
o no
hablar.
Otra vez las nubes;
me invaden las nubes.

Me gustan las nubes
o no
me gustan.
Hablo de nubes, hablo
o no.

O sí,
pero hoy de nubes.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2010

jueves, 17 de junio de 2010

Domingo de Primavera en París

Amerizo sobre mojado sol.
La mañana es sólo azul; azul pintado.
Cada palabra cuenta, aun muda,
y reclamo esa voz dormida.

¿Me coarto con reglas?
Nadie siente pasión por las aceras
a veces manchadas, a veces tan pobres,
mas, ¿por qué callar, viento?

Sólo una pupila, un ojo,
¡pero qué ojo!. Camina la mañana,
no a través de calles húmedas: de ríos,
de férreas veredas bajo el suelo.

Cabalga París sobre su límite
y su galope resuena en el corazón.
Nada mejor que dos torres para
mirarse a uno mismo desde lo alto.

Nada puede verse sin que sea viejo
en sí, pero nuevo a la mirada, sutil,
del propio nacimiento a las cosas
que la ciudad, abierta, propone.

París, como un trapo mojado,
se encoge un instante para, al sol,
dilatarse en el alma como un aroma
grande, profundo, de coñac viejo.

Como una cerveza bien tirada
la luz se desborda por las cúpulas
de palacios ocupados por la vida,
que circula, poderosa, bella, intratable.

Es una mañana en París, de lluvia
amanecida, de sol vencedor.
Quien la ha vivido conoce algo
para abrir los ojos, feliz, cada mañana.

Nicolás Calvo
París
Junio 2010

jueves, 10 de junio de 2010

Tres poemas descreídos

Dios existe.
Dios no existe.
¿Cuál es la diferencia?
La diferencia es no.

A unos nos mataron en nombre de Dios.
A otros los asesinaron diciendo, "Dios no existe".
¿Por qué nadie nos dejó vivir
por ser simplemente seres humanos?

Dios nos manda la enfermedad
para probarnos.
Dios nos concede la salud
como un premio.
Dios nos arrebata la felicidad
como castigo.
Francamente
preferiría que no se ocupara tanto de nosotros.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2010

martes, 1 de junio de 2010

Concreta geometría de una sonrisa

La parte superior del labio se desliza
y al alcanzar las comisuras, se curva hacia arriba
mostrando un poco los dientes.
El labio inferior se distiende y dilata
y modifica, a la vez, su forma hasta la plenitud
de un gajo de Luna.

Tan sencillo y a la vez tan complejo
movimiento desplaza más músculos
que la elevación del pene o la relajación de la vagina.
Ante tal despliegue
no es extraño que,
con los tiempos que corren,
sea tan cara una sonrisa.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2010
 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.