El verano se extiende como una clara sábana
tendida al viento y flamea y huele a sol
y te tapa la cara haciendo cosquillas
en tu memoria y limpia, con dedos de nubes,
el cielo de la mañana.
El verano distinto de cada uno,
el verano de todos y de nadie.
La clara brisa, el calor, el sueño,
las paredes blancas, azules de sombra,
las tardes de arena que cada cual guarda,
junto a dos piedras y unas conchas,
en un viejo pantalón o en una falda
de muchacha ya olvidados.
El verano se extiende como una clara sábana,
el verano distinto de cada uno,
el verano de todos y de nadie.
El verano, tiempo dejado caer antes de ayer
y tiempo de presente, infinito, dilatado;
tiempo para vivir con boca de sal y sin futuro.
Tiempo de ahora.
Nicolás Calvo
Madrid
Julio 2012
Entre las hayas celestiales: tres poemas de Alba Seoane
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SEDIMENTO
El amor de las rocas está escrito
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por su piel áspera
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perros famélicos
lectores de huesos y...
Hace 3 días