No me salves, Señor,
del rotundo rubor de mi fracaso.
De la plena,
redonda, manzana sin gusano
del estéril árbol de mi huerto.
No me prives, Señor, de no ser nada.
Dame sólo el placer sin sentido
de vivir, único, sin fruto, Señor,
pero bien vivo.
Nicolás Calvo
Madrid
Julio 2012
El parador (I)
-
*Psycho *de Francesco Francavilla
Siempre tuve claro que lo de tener hijos no era para mí. El planeta jamás
necesitó de la existencia de mis vástagos y...
Hace 2 semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario