Recogió los restos de tristeza
esparcidos por el mantel
y los arrojó al cubo de la basura
mezclados con las migas de pan
del desayuno.
Se ciñó, con la cabeza alta,
la bandolera al hombro
y junto al pañuelo tiró
las pobres secreciones del dolor
de la mañana.
Sacó de su gorra los últimos
restos de la noche y al abrir
la puerta, una brillante línea de luz
vertical, le partió la frente
entre los ojos.
Nicolás Calvo
Madrid
Marzo 2010
Terror en la Mancha (II)
-
Fotograma de* Los tres cerditos de *Walt Disney
*Nota:* Este relato es la continuación de Terror en la Mancha (I)
Me acomodé la almohada bajo la cabeza...
Hace 4 días
"Un hermoso día" para ti poeta.
ResponderEliminarMe gustan tus mañanas.
UN abrazo.
Buena línea de luz¡¡
ResponderEliminarla vida continua...
ResponderEliminar