lunes, 26 de noviembre de 2012

Sueño

No pude desclavar la madrugada
de las pupilas de la alondra,
como no supe cerrar las sedosas
cortinas de los ojos
ante los mudos cristales, de luz ciegos.

Hay una pérgola de plata
sobre el estanque mercurial
de tus sentidos; ojalá que las flechas
no abatan a la feliz mensajera de los días.

Sería una larga pena no disfrutar
de los resoles, de las camas, de los gatos
y de los exactos relojes planetarios
que subrayan la apariencia de las cosas.

Es hermoso acordarse del futuro
un instante antes de que ocurra,
como gustar a qué sabe la luz
tras el tamiz de un velo silencioso
al filo de la noche de verano.

No es tan fácil saber de que acordarse
cuando la mañana rompe, una a una, las ventanas.

Nicolás Calvo
Madrid
Noviembre 2012

jueves, 22 de noviembre de 2012

Al mar lejano

Dame por esta vez
el trozo de arena negra
que el agua baña.

Acumulame en derredor
los jallos; que las redes
envuelvan mi espalda
y las rodas de las barcas
amaquen mi cuerpo.

Dame la huella leve
del cangrejo en la boca
y el roce fugaz de la seba
en mis manos.

Deja que, al menos,
después de caer dormido,
cerrados los ojos
ya de viejos,
sienta de nuevo
la sal en los cabellos,
el latido de la isla entera
en mi cabeza.

Nicolás Calvo
Madrid
Noviembre 2012

martes, 13 de noviembre de 2012

Suceso

Dónde
me extravié…
Cuál
fue el momento…
¿Es este
el sitio
en que ya no fui?

En qué rincón,
qué hora dejé atrás,
qué puerta traspuse…

Qué me hizo olvidar la arena incontable,
el tacto de los días,
el vivo volumen de mi cuerpo,
la sensible extensión de la epidermis…

Dónde,
cuándo,
me volví de aire.

Nicolás Calvo
Cañaveral/Madrid
Noviembre 2012
 
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