martes, 21 de noviembre de 2017

Liturgia del anhelo

Los dedos se deslizan
arañando la luz de la mañana
mientras atrás queda la noche
murmurando en su soledad.

Un brazo alzado se desnuda
ante la clara ventana gris
que preludia la aparición
de la tranparencia presentida.

El cuerpo se estira de si,
se distancia de lo denso,
lo pesado, para dar sitio
a lo que apenas aguarda.

Un rayo de lo intangible
da forma y perfil al deseo,
a lo soñado, hecho ahora
presente en la virtualidad.

Todo se agota en un rumor
de roces no estrenados,
perplejos de lo suave,
donados de si mismos.

Un misterio inaugurado
se desvela entre rumores,
gemidos, gritos a veces,
incontenidos, plenos de darse.

La marea crecida arrebata
el tremor de la carne, apenas
nombrada tras la lucha, ya
relajada hasta el mutuo final.

La gloria del día iluminada
trasluce corpúsculos de polvo
cada uno posando su beso
en el resplandor de los amantes.

No habrá tregua esperada
hasta que la llama sin límite
devore la dulzura de la pasión
con la conclusión del ascua.

Nicolás Calvo
Madrid
Noviembre 2017

lunes, 20 de noviembre de 2017

Asimetría de la deseada luz

Vivir la paz, lo tranquilo.

Hallar la lentitud, lo silente.

Acercar el ojo a lo invisible,
a lo inefable la palabra,
descansar tu cuerpo en ti,
en tu profundidad, en tu adentro.

Encontrar el frescor propio
que da alivio a la inquietud,
de seda la mano que acaricie
tu frente enfebrecida.

Desear ya nada, descansar
en la longitud incontenida
de tu propia desmesura
que anuncia el alto horizonte.

O recogerte en la enjuta hendija
entre tu ser y el misterio;
tal vez para hallar en lo porvenir
la semilla del tiempo pasado.

El verbo no es justo; sólo
promete dar al sentimiento
aquello que recibió en sangre,
aunque te hayas abierto en canal
para dar a luz tu palabra.

Nicolás Calvo
Madrid
Noviembre 2017




viernes, 17 de noviembre de 2017

Shuniata (Cualidad de lo vacío)

Digo nada
porque nada
hay que decir.

Escucho
el silencio
en la cabeza,
la sangre en las venas,
el rumor de la noche
en los oídos.

Abro los huesos,
respiro ahí, al fondo.
Acaso oigo las uñas.

Cierro los ojos
sin la certeza de ser,
sin saber más allá
de la posible piel.

El sentir es sólo
una probabilidad
en la acuática
dilución
de los sentidos,
mas las horas se expanden
en la inmensa matriz
del tiempo que nos vive.

Ahora, pues,
no hablemos.

Nicolás Calvo
Madrid
Noviembre 2017


jueves, 16 de noviembre de 2017

Milonga

¿Quién no se acuerda de cuando era chico?
Tu madre era la más guapa del mundo
y tu padre el hombre  más listo. Ahora
tu padre se ha hecho pequeño y tu madre
se volvió vieja y tus propios hijos
ya se acuerdan de cuando eran chicos,
pero tú te has vuelto pequeño y su madre,
la mujer más guapa del mundo,
a la que paseabas por las calles, orgulloso,
se desdentó y esta flaca y fea.

La vida dura un baile, una tarde en el cine
una pelea en la esquina y cincuenta años
de mañanas dormidas, de cafes y coñacs,
de aburrimiento. Y cuando se mueren los padres
tú te das cuenta de que entrastes
en la primera fila de los que se van a ir,
y no puedes hacer nada, como no pudieron ellos.

Porque la vida del pobre es una tómbola
y siempre le toca al menos guapo,
bailar con las más fea, aunque en su momento
ella haya sido joven, guapa y tu la paseases,
orgulloso, por la orilla del mar entre tabernas,
el humo de los puritos y la envidia de los amigos.

¿Quién no se acuerda de cuando era chico?
Tu madre era la más guapa del mundo
y tu padre el hombre  más listo. Ni siquiera
te acuerdas si alguna vez tuviste la suerte
puñetera de que te tocase un boleto
en la tómbola del barrio y la mujer que amaste
arrullara en sus brazos el asqueroso perrito piloto.

Nicolás Calvo
Madrid
Noviembre 2017

martes, 14 de noviembre de 2017

Poema del horror inverso

Me gustan los ciervos
que devoran a los tigres,
los muertos que en las tumbas
se comen a sus gusanos.

Adoro a las mujeres que castran
o deguellan a los chulos,
las paredes que asfixian a las trepadoras
que con sus uncinos las derrumban.

Admiro a los niños maltratados
que incendian las camas malditas
de sus abusadores.

Saludo a los prisioneros
que fusilan contra el muro
del campo a sus guardianes.

Respeto al bonzo autoinmolado
que se abraza ardiendo
al policía meteco que lo salva.

Me uno a la martir religiosa
que volviendo a su templo
hace volar a los verdugos.

Aliento al pobre torturado
a destrozar de un tajo
el cuello satisfecho del asesino.

El mundo es siempre
un lugar oscuro en algún
rincón de nuestra alma.

Nicolás Calvo
Madrid
Noviembre 2017

martes, 7 de noviembre de 2017

Qué no pueden hacer

No pueden evitar que mi mente
vuele alta y lejos en la noche
aunque amarren mis dedos uno a otro.

Pueden volverme loco día a día
pero no devolverme la cordura.
Hacerme no feliz cada mañana
pero no hacer de mi un hombre libre.

Pueden insuflarme el odio tras las cejas
pero esto no hará que yo los ame.
Pueden hacer porque me equivoque
pero eso no enmendará sus acciones.

No pueden evitar que diga "", que diga "yo".

No pueden evitar lo que haya hecho,
no borrar las miradas que ya fueron,
no ignorar las manos que han de ser.

Como nosotros, rabiosos nacen
marcados por el signo de la muerte,
como perros, como ratas, como hombres.

Aúnque intentándolo mil años,
no pueden arrancar el fuerte estigma
de su frente arrugada de mortales.

Nicolás Calvo
Madrid
Noviembre 2017

lunes, 6 de noviembre de 2017

Ensayo general

 –Espera…
Lo supe siempre…
– Dímelo ahora.
Te dolerá
– Es necesario.
¿De verdad no lo sabes?
Comienza tú.
 – ¿Me seguirás? 
 – Habla.
Es sencillo. "La única justificación…
 – de la muerte
– … es la propia vida".

Nicolás Calvo
Madrid
Noviembre 2017
 
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