Formo un hueco
con mis manos.
Deposito algunas palabras
en su interior,
que pesan como plomo.
Las dejo sobre la mesa
y comienzo a pronunciarlas.
De modo extraño se vuelven
ligeras, ingrávidas
y levantan el vuelo.
Depende adonde y a quién se dirijan.
Cuando vuelvan a posarse
igual pueden herir que acariciar.
Porque las palabras
dan forma al mundo
sin usar pico ni palas.
Sólo dando a las nubes nombre,
a los ojos, sombra y luz.
Insuflando vida
en los corazones de los hombres.
O destruyéndolos.
Nicolás Calvo
Madrid
Octubre 2011
Terror en la Mancha (II)
-
Fotograma de* Los tres cerditos de *Walt Disney
*Nota:* Este relato es la continuación de Terror en la Mancha (I)
Me acomodé la almohada bajo la cabeza...
Hace 5 días