lunes, 27 de junio de 2011

Brindis

Que puede ser
el cielo o puede
que el agua
o el ángulo
en que la luz incide
sobre la oblicua
estructura del tejado.

Que puede ser
el cabrilleo de la fuente
o el sonido del caño
sobre el borde
de la acequia.

¿Demasiado rural para ti?

Mira entonces la sombra
del naranjo sobre el suelo
o la buganvilla sobre
la pared del parque.

El pino que se levanta
junto al estanque
o siente el frescor
junto al árbol que sombrea
la terraza sobre la acera
al mediodía
o a la caída de la tarde.

Que puede ser el verano
que te desvela
misterios que nunca antes
tuviste
ansias de descubrir.

El lenguaje del solsticio
penetra en ti
y tu cuerpo trasciende
lo inmediato
mientras el día primero
penetra en tu sangre
para limpiar las duras costras
del antiguo invierno.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2011

miércoles, 22 de junio de 2011

Va llegando la belleza

La esperanza
de que las cosas no acaben,
aunque ahogue
a menudo la certeza.

Este pulso, este día,
una estación más.
Ese asombro,
aquél misterio…

Elegir
una mirada del otro
o, con sencillez,
un viaje entre
la trama de lo posible.

La certidumbre me asalta
y entiendo, a poquitos,
el mundo que ya antes vi
como un desconocido.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2011

sábado, 18 de junio de 2011

3 Days of Peace & Music

Me gustan tus uñas rojas
tus pies descalzos
tu frente despejada
tu pelo ondulado
tus collares de cuentas
tu falda de hippy
la música que escuchas
los libros que devoras
la poesía que escribes
tu sonrisa de mañana
tus piernas al sol de la tarde
el negro de tus ojos
en la oscura emboscada
de la noche.

Hoy te quiero más
porque nunca fuiste.

Nunca existió tu pie descalzo
ni la curva de tu cuello
ni esa lágrima en tus ojos.

Nunca trenzaste pulseras
ni añoraste el sol en el otoño.

Nunca hubo en ti
un atisbo de duda
ni aferraste mi mano
a causa del miedo, la pasión,
o el desaliento.

Solo tengo de ti un poster,
"Woodstock".

A partir de tu imagen congelada
inventé una mujer para mi vida.

Siempre estuvo ahí
siempre estuviste.

Pero a mi todo esto me valió
una mierda.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2011

lunes, 13 de junio de 2011

A country song

Dice el hombre
de los ojos grises.
Nunca te dije,
"ponte ese traje azul",
mejor vete
a montar tu pony.

La hierba está alta
pero no lo suficiente
para los ojos del búho.

Ese curioso champú
limpió tu cabeza
de ideas. Vuelve a ellas
antes de que tengas otras,
o nadie llorará el
día en que el Señor
te escupa por el colmillo.

Esta es tu estúpida vida
pero también es la mía
aunque a ti parece
que no te importa.
No voy a darte palomitas.
Es preciso que te atragantes
tú solo con tu flema inglesa.

Compré un montón
de tornillos, pero no hubo
bastantes para remendar
tu armadura oxidada.

¿Cuando te darás cuenta
de que estás fuera de siglo?
Tú ya eras  bastante viejo
cuando tus padres nacieron.

De verdad que no quiero
hablar contigo. El aburrimiento
te deshoja las orejas
y el tedio me desborda.

Voy a cambiar la vista
hacia otro lado, ¡vales tan poco!
Puede bastar ignorarte
para que no existas.

Por si acaso ésto no es cierto
tengo un 45 bajo mi almohada.
No me obligues a usarlo, tío,
Me dolería incluso más que a ti.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2011

miércoles, 8 de junio de 2011

Pagliacci

Payasos.
Remedo triste
de la sonrisa,
secas caras
pintadas.
Me recuerdan
la muerte
y la tristeza.

No soporté
a los payasos
nunca.

Ni a los ángeles.

Apariciones tenues
de pálidos fantasmas
que hablan
de temores
imposibles de superar.

Payasos y ángeles,
ángeles y payasos.
Nadie toma un café
con ellos.

Tras la inexistente espalda
de los ángeles,
Dios debe tener
la cara de un payaso.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2011

martes, 7 de junio de 2011

Trópico utópico

De la dulce noche
dones inesperados llegan.
Luces en la orilla
que anuncian la fiesta.

Pardos murciélagos
cazan, silenciosos,
los hinchados insectos
del caliente día.

Del mar los rumores
mas alto murmuran
junto al frescor pausado
de la alta arboleda.

De nácar y plata
los nocturnos bancos
de raudos peces
se amasijan en las redes
que vaciará el alba.

Late el alma de la noche
contraria al corazón del día.

El tabaco y el ron
cadencian las caderas
al compás del tambor
la lata y el palo.

Los ojos se vuelven soñadores,
las manos inquietas,
las bocas ansiosas,
mientras la hierba se cubre
de blancas cobijas
y chales de seda.

De la dulce noche, inadvertidos,
dándose la mano, como cascabeles
a un tobillo unidos,
dones inesperados llegan
a la urdimbre inextricable
de la vida.

Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2011
 
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