Del ritmo, de adentro surge
y luego se expande.
Sin saberlo,
sin establecer conocimiento,
pero impasible, se trasmuta.
El sentimiento del día,
la pasión de la tarde,
la dulzura de la noche,
se recuestan.
Como premio es posible
la caricia.
Nicolás Calvo
Madrid
Enero 2013
Entre las hayas celestiales: tres poemas de Alba Seoane
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SEDIMENTO
El amor de las rocas está escrito
circula como los efluvios
por su piel áspera
lo escuchan al atardecer
perros famélicos
lectores de huesos y...
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