jueves, 31 de mayo de 2012

Los perros del día

Hay un retazo en mi
de horas antiguas,
de esperas, de deseos,
de ojos sobre las paredes,
de oportunidades idas.

No es un recuerdo.
Los recuerdos no muerden así
la realidad de cada día.

Nicolás Calvo
Madrid
Mayo 2012

martes, 22 de mayo de 2012

Justificación del poeta

Pinto con disgusto las ojeras de la mañana
sobre los blancos párpados del amanecer.

Pago los cruasanes y los cafés con leche
pasando mi bolígrafo por las páginas
que, en ciertos ojos, despertarán la sensación
de que, esas pequeñas señales, fueron hechas
para pegar entre si trozos de vida
a la disparidad inconclusa de las horas y los días.

Faltan confesiones en mi diario y demasiadas
preguntas terminan en las ventanas, huecas ahora,
y en las lunas esmaltadas de los ojos.

Las preguntas son las mismas pero fallan
las respuestas ante la inmaculada frescura
de las estatuas en los parques, donde pocas veces
depositamos un beso de amor sobre la hierba.

Escasa misión la del poeta, aunque quizá inabarcable;
convertir en ahora lo pasado y nombrar el mañana
en lo presente. Ya se que no es posible,
ya se que no hace falta quién enumere
las gotas de rocío ni ponga apellido a las cosas
que nunca tuvieron nombre,
pero es mejor que haya siempre locos
que, desde los bancos vacíos de las plazas,
le pongan signo a lo innombrable,
le dibujen caras a los charcos.

Nicolás Calvo
Madrid
Mayo 2012

viernes, 11 de mayo de 2012

Futuro

Ahora mismo, en mi país hay plazas
abarrotadas de niños e ilusiones,
de gente que pregunta y de colores.
Hay plazas con gente que cuestiona
y calles que aportan a más gente.

Entre la duda, la rabia y la frescura
se arriman y se ocultan caras grises.
Profesionales del desorden y la incuria,
topos negros, infiltrados y maderos,
que esconden nidos de larvas destructoras.

Este es su tiempo, el de los niños, las sentadas
y las flores. Es el tiempo de lucha por su vida.
Los más viejos luchamos, hace años, por traer
a este suelo libertades, vida y horizontes
que rasgasen el velo del templo y de los días.

Loa años de plomo ya pasaron, mas feas nubes
de granizo asoman y van llenando las mañanas.
La lucha no es de un día. Dura siempre, pero
cada mujer, hombre o niño poseen un derecho
inalienable; la búsqueda de su felicidad sobre la tierra.

Nuestra mano apoya ahora sus dos manos,
nuestra espalda empuja con su espalda,
la palabra alienta su palabra y con ella el corazón
va de seguido, elevando los gritos hasta el cielo,
levantando hasta el futuro cien mil manos.

Nicolás Calvo
Madrid
Mayo 2012


 
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