Ahora mismo, en mi país hay plazas
abarrotadas de niños e ilusiones,
de gente que pregunta y de colores.
Hay plazas con gente que cuestiona
y calles que aportan a más gente.
Entre la duda, la rabia y la frescura
se arriman y se ocultan caras grises.
Profesionales del desorden y la incuria,
topos negros, infiltrados y maderos,
que esconden nidos de larvas destructoras.
Este es su tiempo, el de los niños, las sentadas
y las flores. Es el tiempo de lucha por su vida.
Los más viejos luchamos, hace años, por traer
a este suelo libertades, vida y horizontes
que rasgasen el velo del templo y de los días.
Loa años de plomo ya pasaron, mas feas nubes
de granizo asoman y van llenando las mañanas.
La lucha no es de un día. Dura siempre, pero
cada mujer, hombre o niño poseen un derecho
inalienable; la búsqueda de su felicidad sobre la tierra.
Nuestra mano apoya ahora sus dos manos,
nuestra espalda empuja con su espalda,
la palabra alienta su palabra y con ella el corazón
va de seguido, elevando los gritos hasta el cielo,
levantando hasta el futuro cien mil manos.
Nicolás Calvo
Madrid
Mayo 2012
432. LA REVOLUCIÓN DE LOS CLAVELES.
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*25 de abril es mi colaboración para la muestra de arte postal Claveles
para la libertad, conmemorativa del cincuenta aniversario de la revolución
portu...
Hace 17 horas
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