Formo un hueco
con mis manos.
Deposito algunas palabras
en su interior,
que pesan como plomo.
Las dejo sobre la mesa
y comienzo a pronunciarlas.
De modo extraño se vuelven
ligeras, ingrávidas
y levantan el vuelo.
Depende adonde y a quién se dirijan.
Cuando vuelvan a posarse
igual pueden herir que acariciar.
Porque las palabras
dan forma al mundo
sin usar pico ni palas.
Sólo dando a las nubes nombre,
a los ojos, sombra y luz.
Insuflando vida
en los corazones de los hombres.
O destruyéndolos.
Nicolás Calvo
Madrid
Octubre 2011
Una flor abierta que se ofrece sin saberlo: siete poemas de "La rama vacía"
de Misael Ruiz
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La rama vacía
Prólogo de Antonio Méndez Rubio
Animal Sospechoso Editor, 2025
Así pues, puede que titular un poemario La rama vacía no sea un gesto tan ...
Hace 2 semanas
Que grande eres Nicolás .
ResponderEliminarMarta R.
¿Que puedo decir, Marta? Sólo amo las palabras, igual que los que me leeis. Gracias. Nicolás.
ResponderEliminarTus palabras acostumbran a ser mágicas. Estas lo son.
ResponderEliminarYo prefiero que las palabras insuflen vida en los corazones de los hombres y que las mismas sean ligeras...
ResponderEliminarAins.... que bonico!!!
Llámame si puedes.
ResponderEliminarNo tengo otra forma de localizarte.
Miguel Ángel Blázquez (Alumno tuyo en el 88 en el CDC)
696 731 378
Gracias!