Separé de mi
las costras de los días
y los años.
Debajo,
la carne nueva, trémula y roja;
la carne viva.
Carne absurdamente inutil.
Herida por el aire y por el sol,
dolida e inservible
hasta que desarrollé,
con el tiempo,
una nueva costra.
Resistente a la vida.
Nicolás Calvo
Madrid
Octubre 2017
Una flor abierta que se ofrece sin saberlo: siete poemas de "La rama vacía"
de Misael Ruiz
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La rama vacía
Prólogo de Antonio Méndez Rubio
Animal Sospechoso Editor, 2025
Así pues, puede que titular un poemario La rama vacía no sea un gesto tan ...
Hace 2 semanas
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