Extraño levantar las manos
y hallar la luna
pendiendo del cielo,
pero tan cerca de tus dedos.
Grande, misterioso,
mirar los ojos de tus hijos
y abismarte en el alma
que los habita en lo profundo.
Dulce, en noche de verano,
sentir en los pies,
sentado junto al mar,
el grato frescor del agua.
Grandioso notar en tu cabeza
cómo se aquieta el mundo
al respirar, hondo en tu pulmón,
el pulso de lo que existe.
Fascinante saber que acabarás,
que vas a tener un día fin,
pero que el instante de hoy
es sin medida, eternamente tuyo.
Nicolás Calvo
Madrid
Octubre 2017
Una flor abierta que se ofrece sin saberlo: siete poemas de "La rama vacía"
de Misael Ruiz
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La rama vacía
Prólogo de Antonio Méndez Rubio
Animal Sospechoso Editor, 2025
Así pues, puede que titular un poemario La rama vacía no sea un gesto tan ...
Hace 2 semanas
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