jueves, 11 de febrero de 2010

La vida de espaldas

























Los miramos pasar, apenas
vislumbramos un perfil,
una ráfaga de aire mueve
el ruedo de una falda, un abrigo,
el cabello se enreda y no nos deja
ver la cara a nuestro lado.
Es a veces un hombre
el paseante, una espalda,
un dorso anónimo en la calle.

Nada induce a pensar
que son distintos de nosotros.
Nuestra espalda o nuestro perfil
tan anónimos en la muchedumbre
son, como otro cualquiera.

Anónimos, nada nos une
o separa, sombras,
viajeros paralelos en la noche
o el día, por las calles
transcurrimos sin ser Norte de ninguno.

Una espalda somos las mas veces
a la mirada desatenta de los otros.

Nicolás Calvo
Madrid
Febrero 2010

1 comentario:

  1. La correspondencia sobre lo peor de lo que somos o en lo peor que nos hemos convertido, a espaldas, espaldas dadas.
    me pregunto qué hace el poeta que en esta ocasión, como siempre, observa y refleja lo que sucede...él pone sus ojos,no las espaldas, tú los has puesto.
    Un abrazo, Nicolás.
    P.D. Al margen y al hilo, me pregunto si "me" lo prestarías para "La fuente". Iría con una fotografía mía que creo ya conoces. Se me ocurrió nada más leerlo esta tarde. No temas decir que no, por favor. Te enviaré la foto por correo ahora, para que puedas decidir mejor.

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