lunes, 22 de octubre de 2012

A day in the life

Fui un día a visitar
al poeta triste.
No me gustó.
No sonreía nunca.

Para él no habían
nubes en el cielo
ni caricias en la tierra,
sólo barrancos a sus pies
y maldad entre los hombres.

Tenía familia,
dinero y honores.
Lo dejé pronto
y me marché
a tomar una cerveza
y a fumar un cigarro
entre los amigos.

Porque uno, a veces,
está triste y a veces
el mundo le regala el sol,
la belleza o la verdad
una mañana.

Cualquier mañana
de un día cualquiera.

Nicolás Calvo
Madrid
Octubre 2012

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