Señal uno
Bajo tres libros polvorientos,
una bufanda.
Cuando se marchó,
la abandonaba con rabia
al cerrar tras si la puerta.
Hace frío.
Es posible que ya se haya
comprado otra.
Señal dos
Primero se bebió el sueldo,
luego, la paga extraordinaria.
Con la cuenta del banco
se bebió lo que le quedaba de vida.
Cuando lo recogieron, de madrugada,
su boca aún sonreía.
Señal tres
Daba clases de una asignatura
en Secundaria.
Un amigo le preguntó,
y a estos, ¿qué les das?
Lástima, contestó él.
Al jubilarse,
sus alumnos le hicieron un homenaje.
Luego se fue a su casa.
Estuvo tres días sentado
mirando fijamente la pared.
Nicolás Calvo
Enero 2012
Madrid
Entre las hayas celestiales: tres poemas de Alba Seoane
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SEDIMENTO
El amor de las rocas está escrito
circula como los efluvios
por su piel áspera
lo escuchan al atardecer
perros famélicos
lectores de huesos y...
Hace 5 días
Nicolás hace muchos meses que no te leía, y no me perdono... me ha encantado la referencia al profesor de secundaria, tal vez porque me veo retratada en él... me ha encantado ;-) (espero no dar pena a mis estudiantes, me conformo con que aprendan inglés jajajajja)
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