Yo era su secretario.
Cierto día, el escritor afamado me dijo. Los humanos nos dividimos en estas categorías: simples, amargados, truhanes o cobardes.
Le repliqué. Maestro, ¿no cree que exagera…?, ¿tan pocas categorías?
No, dijo. Me excedo en extenso. En realidad sólo hay dos categorías: los simples y los truhanes porque, lamentablemente, amargados y cobardes lo somos todos de un modo u otro.
Dos semanas después, lo dejé.
Un mes más tarde leí en los diarios que tampoco en esta ocasión le habían concedido el premio Nóbel.
Nicolás Calvo
Enero 2012
Madrid
432. LA REVOLUCIÓN DE LOS CLAVELES.
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*25 de abril es mi colaboración para la muestra de arte postal Claveles
para la libertad, conmemorativa del cincuenta aniversario de la revolución
portu...
Hace 22 horas
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