Yo era su secretario.
Cierto día, el escritor afamado me dijo. Los humanos nos dividimos en estas categorías: simples, amargados, truhanes o cobardes.
Le repliqué. Maestro, ¿no cree que exagera…?, ¿tan pocas categorías?
No, dijo. Me excedo en extenso. En realidad sólo hay dos categorías: los simples y los truhanes porque, lamentablemente, amargados y cobardes lo somos todos de un modo u otro.
Dos semanas después, lo dejé.
Un mes más tarde leí en los diarios que tampoco en esta ocasión le habían concedido el premio Nóbel.
Nicolás Calvo
Enero 2012
Madrid
El parador (III)
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*El tiempo y las viejas* (1810) de Francisco de Goya
*Nota:* Este relato es la continuidad de El parador (I), El parador (II)
por lo que aconsejo leer...
Hace 3 semanas
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