lunes, 23 de julio de 2012

Poema para Dios de un hombre ateo

No me salves, Señor,
del rotundo rubor de mi fracaso.
De la plena,
redonda, manzana sin gusano
del estéril árbol de mi huerto.

No me prives, Señor, de no ser nada.
Dame sólo el placer sin sentido
de vivir, único, sin fruto, Señor,
pero bien vivo.

Nicolás Calvo
Madrid
Julio 2012

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