No te fijas,
pero las huellas tras de ti
se van borrando.
Sobre las piedras del muelle,
pisadas de agua
resbalan al mar de nuevo.
El embate de las olas
y la fina llovizna del invierno
apenas calan el paseo de adoquines.
Uno mas de los inviernos
en que no ves el mar.
Todo ocurre en tu interior.
Olas, mareas, nubarrones,
el mar alzado, la mirada helada.
No solo es verano el mar.
El frio azul de los inviernos
también soñó contigo alguna vez.
El mar gris es quizás más sabio
que el azul resplandor de los días calientes.
De cualquier forma no puedes elegir.
Tierra adentro el mar no llega sino en sueños.
No desfallece en tu frente la lejana
constancia del horizonte, la perenne
presencia de la llaga del mar en tu costado.
Una vez fuiste sal y arena y playa
hoy un recuerdo de mar te moja
el labio, confundida la lagrima salada
con el batir del viento en la llanura,
con la mirada cerrada al paso de los años.
Nicolás Calvo
Madrid
Febrero 2012
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de Misael Ruiz
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La rama vacía
Prólogo de Antonio Méndez Rubio
Animal Sospechoso Editor, 2025
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Hace 2 semanas
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