Payasos.
Remedo triste
de la sonrisa,
secas caras
pintadas.
Me recuerdan
la muerte
y la tristeza.
No soporté
a los payasos
nunca.
Ni a los ángeles.
Apariciones tenues
de pálidos fantasmas
que hablan
de temores
imposibles de superar.
Payasos y ángeles,
ángeles y payasos.
Nadie toma un café
con ellos.
Tras la inexistente espalda
de los ángeles,
Dios debe tener
la cara de un payaso.
Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2011
Terror en la Mancha (II)
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Fotograma de* Los tres cerditos de *Walt Disney
*Nota:* Este relato es la continuación de Terror en la Mancha (I)
Me acomodé la almohada bajo la cabeza...
Hace 6 días
Buen poema para una aversión que comparto al 100%.
ResponderEliminarAunque como soy más viejo que usted, andando el tiempo, pude fabricarme mis ángeles propios, y tan reales. Payasos no hizo falta.
Un saludo,
Centenario
Uf, amigo, qué mal rollo...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho , mucho. Hay algo inquietante en ambos.
ResponderEliminarUn fortisimo abrazo ; Don Nicolás ¡¡