Que puede ser
el cielo o puede
que el agua
o el ángulo
en que la luz incide
sobre la oblicua
estructura del tejado.
Que puede ser
el cabrilleo de la fuente
o el sonido del caño
sobre el borde
de la acequia.
¿Demasiado rural para ti?
Mira entonces la sombra
del naranjo sobre el suelo
o la buganvilla sobre
la pared del parque.
El pino que se levanta
junto al estanque
o siente el frescor
junto al árbol que sombrea
la terraza sobre la acera
al mediodía
o a la caída de la tarde.
Que puede ser el verano
que te desvela
misterios que nunca antes
tuviste
ansias de descubrir.
El lenguaje del solsticio
penetra en ti
y tu cuerpo trasciende
lo inmediato
mientras el día primero
penetra en tu sangre
para limpiar las duras costras
del antiguo invierno.
Nicolás Calvo
Madrid
Junio 2011
El parador (III)
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*El tiempo y las viejas* (1810) de Francisco de Goya
*Nota:* Este relato es la continuidad de El parador (I), El parador (II)
por lo que aconsejo leer...
Hace 2 semanas