Escribiré un día
o ya habré escrito,
esta línea en azul
que aún hoy repito.
Relicto del tiempo
fugaz, mas no infinito,
amamanto las formas
de lo incógnito.
Podría haber sido,
acaso soy, la línea
en la luz perdido.
No voy, por haber ido,
a morir a la sombra
del ser inconcebido.
Nicolás Calvo
Madrid
Mayo 2011
Entre las hayas celestiales: tres poemas de Alba Seoane
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SEDIMENTO
El amor de las rocas está escrito
circula como los efluvios
por su piel áspera
lo escuchan al atardecer
perros famélicos
lectores de huesos y...
Hace 5 días
Morir en la sombra del inconcebido es terrorifico querido Nicolás.Triste poema. Muy triste
ResponderEliminarNo solo no es infinito, sino que es muy fugaz, nuestro tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Triste...
ResponderEliminar... vivo...
... triste...