Murio el reloj
sin pena junto
a un corazón roto.
Los dos compartían
muelles viejos
y carcasas oxidadas.
De hecho nadie los usaba
hace ya mucho tiempo.
Nicolás Calvo
Madrid
Enero 2011
Una flor abierta que se ofrece sin saberlo: siete poemas de "La rama vacía"
de Misael Ruiz
-
La rama vacía
Prólogo de Antonio Méndez Rubio
Animal Sospechoso Editor, 2025
Así pues, puede que titular un poemario La rama vacía no sea un gesto tan ...
Hace 1 semana
Cuando algo no se cuida... es lo que sucede... que termina por morir!!
ResponderEliminar