Del ritmo, de adentro surge
y luego se expande.
Sin saberlo,
sin establecer conocimiento,
pero impasible, se trasmuta.
El sentimiento del día,
la pasión de la tarde,
la dulzura de la noche,
se recuestan.
Como premio es posible
la caricia.
Nicolás Calvo
Madrid
Enero 2013
El parador (III)
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*El tiempo y las viejas* (1810) de Francisco de Goya
*Nota:* Este relato es la continuidad de El parador (I), El parador (II)
por lo que aconsejo leer...
Hace 2 semanas