Un vago rastro de tiempo
en la mejilla
enumera las marcas incisas
por la sangre que agolpa
tus latidos.
No es la señal o el rastro
lo que hiere.
Es la fatal cadencia
de los pétalos
que resuenan a tambor
sobre los charcos.
Nicolás Calvo
Madrid
Noviembre 2011
Algunas reflexiones en torno a "Los expulsados" de Edgar Borges
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el niño que mantenía erigidas paredes con la mirada
*En la infancia vivimos y, después, sobrevivimos.*
Leopoldo María Panero
Los expu...
Hace 1 semana



Tú si que sabes ¡¡¡
ResponderEliminarMe gusta el poema.
ResponderEliminarUn saludo.