Cierta mañana los almendros
se desperezan y encuentran
una ráfaga de blancos prendida
de cada una de sus ramas.
Sin un ruido la noche
les ha traído la primavera
……………………………
Sauce, no llores…
ya no eres un niño.
……………………………
Creó una rosa
sin espinas.
Desde entonces
los amantes se aburren
y los besos les saben
a potaje de garbanzos.
Nicolás Calvo
Madrid
Abril 2012
El parador (I)
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*Psycho *de Francesco Francavilla
Siempre tuve claro que lo de tener hijos no era para mí. El planeta jamás
necesitó de la existencia de mis vástagos y...
Hace 2 semanas
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