¡Oh, los cuerpos!,
hechos para este mundo.
Los cuerpos bellos, hermosos,
los cuerpos contingentes,
no es serie,
uno a uno fabricados,
altos o bajos, gruesos y flacos,
jovenes o arrugados.
¡Oh, los cuerpos!,
hechos para la felicidad,
hechos para la luz, para el amor,
para el amor hechos.
¡Oh, los cuerpos!,
para el trabajo, para sentir,
para el sudor construidos
día a día, para dar,
para entregar, para obtener
del aire, del trigo, del agua
la fugaz semilla de la vida.
¡Oh, los cuerpos!,
bellos, hermosos,
jovenes o arrugados,
para esto hechos
y aún para la muerte,
pero no, nunca,
para el desprecio, la negación.
No hechos, jamás,
para el olvido.
Nicolás Calvo
Madrid
Febrero 2013
El parador (I)
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