Coge todo lo que te quede,
camisas y libros, fotos, cachivaches…
Coge todo lo que recuerdes,
sonrisas, amores, amigos, dolor…
Se avaro con ello, con todo ello y recógelo.
Pero no hagas montones ni lo agrupes.
No lo metas en cajas o en armarios o baldas,
esparcelo por el suelo delante tuyo,
que todo el mundo lo vea como te ve a ti.
Toda una vida alrededor.
La tuya, la mía, la de otros, la de aquellos…
Amigo, ¡y que poco cambió todo
en los años transcurridos de verano a verano!
Pero dame un abrazo.
Un abrazo de hermano, fuerte y largo,
por tanto más triste y profundo.
Queríamos cambiar la vida.
Una cosa cambió, una cosa importante.
No sabíamos que iba a pasar, pero sucedió.
La vida nos cambió a nosotros, a todos.
Hasta muy dentro a nosotros todos.
Nicolás Calvo
Octubre 2012
Madrid
El parador (I)
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*Psycho *de Francesco Francavilla
Siempre tuve claro que lo de tener hijos no era para mí. El planeta jamás
necesitó de la existencia de mis vástagos y...
Hace 2 semanas
La poesía, estimadísimo Nicolás, es la verdad elemental, primaria, colorista, filosófica Me alegro de tus búsquedas, tus correrías del alma, tus escarceos aquí y allá A ver si nos vemos este próximo febrero, que tenemos previsto Rosario y yo acercarnos en las fechas de Arco
ResponderEliminarPor cierto, te he puesto en mis blogs recomendados (blogdeleonbarreto.blogspot.com)
ResponderEliminarotro abrazo